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El arte de escucharte: cuerpo, emociones y silencio



Vivimos en un mundo que nos exige estar disponibles todo el tiempo: produciendo, resolviendo, respondiendo. En medio de esa vorágine, el cuerpo empieza a hablar con señales sutiles, las emociones buscan salida en forma de ansiedad o frustración, y el silencio —que tanto nos intimida— se convierte en el espacio que evitamos a toda costa.


Pero, ¿qué pasaría si en lugar de huir hacia fuera… volviéramos hacia dentro?



Escuchar el cuerpo: el lenguaje olvidado



El cuerpo guarda memorias, tensiones, alertas. No necesita palabras para comunicarse. Un nudo en la garganta, un dolor persistente en la espalda, una sensación en el estómago… Todo tiene un mensaje, pero rara vez lo atendemos. Escuchar al cuerpo es reconectar con esa sabiduría instintiva que hemos aprendido a ignorar.


No es casual que muchas personas descubran su despertar interior a través del cuerpo: yoga, respiración consciente, caminatas en silencio. Porque el cuerpo no miente. Y cuando lo habitamos, regresamos al presente.



Escuchar las emociones: dejar de controlar y empezar a comprender



Nos han enseñado a evitar “sentir demasiado”. A poner buena cara, a reprimir lo incómodo, a funcionar a pesar del caos interno. Pero las emociones no desaparecen. Se almacenan. Se transforman en síntomas, en reacciones desproporcionadas, en estados de agotamiento emocional.


Escuchar nuestras emociones no es dramatizar ni racionalizarlas. Es darles espacio, permitirnos sentir sin juicio. Cuando nos damos permiso de nombrarlas, reconocerlas y sostenerlas, descubrimos que tienen mucho que mostrarnos.



Escuchar el silencio: el maestro más sutil



El silencio incomoda porque no tiene distracciones. No podemos huir de lo que sentimos cuando nos enfrentamos a él. Pero también es en el silencio donde las respuestas profundas empiezan a emerger.


El ruido externo distrae, pero el ruido interno confunde. Y es solo cuando nos atrevemos a permanecer en silencio —sin la necesidad de resolver o entender de inmediato— que comenzamos a escuchar algo mucho más esencial: nuestra verdad.



Presencia: el hilo que une todo



Como dice Alejandra Bastidas en En busca de tu propia verdad:


“Escuchar el cuerpo, las emociones y el silencio es un acto profundo de presencia.”


La presencia no es solo un concepto espiritual. Es un estado en el que nos hacemos disponibles para nosotros mismos. Es recordar que no necesitamos hacer más para merecer paz, solo necesitamos estar más presentes en lo que somos.





¿Por qué es tan importante esto hoy?



Porque estamos agotados de vivir en automático.

Porque cada vez más personas sienten un vacío que no se llena con logros ni likes.

Porque la verdadera transformación no comienza afuera, sino cuando elegimos escucharnos.


Y para eso no necesitas respuestas.

Solo necesitas silencio, cuerpo, emoción… y

En busca de tu propia


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