El deseo, el motor primordial de la existencia
- Busca tu verdad
- 2 abr
- 2 Min. de lectura
El deseo es una de las fuerzas más poderosas que guía nuestra existencia. No es simplemente una aspiración fugaz de la mente o una reacción superficial a las circunstancias; es el motor primordial que impulsa todo el universo, desde la conciencia misma hasta la materia más densa. En su forma más pura, el deseo es la energía vital que nos invita a expandirnos, a crecer y a evolucionar, tanto como individuos como colectividad. Como se dice en las tradiciones ancestrales: “Lo que pidas, se te será dado”, un recordatorio de que el deseo tiene la capacidad de atraer hacia nosotros todo lo que necesitamos para nuestra expansión.

Este impulso universal hacia el progreso no solo pertenece a los seres humanos, sino que es una característica del universo entero. Todo tiende al crecimiento. Sin embargo, nuestra capacidad de alinear conscientemente nuestros deseos con nuestra esencia determina la calidad de nuestra evolución. Cuando impregnamos cada acción con el deseo de crecimiento auténtico, atraemos hacia nosotros la energía de quienes buscan ese mismo progreso. Así, nos convertimos en faros de claridad y certeza, ayudando a los perdidos a encontrar su camino.
El deseo como un reflejo del propósito del alma
El deseo es más que una simple aspiración de la mente; es un reflejo del propósito más profundo del alma. Cada deseo genuino que emerge en nuestro interior está alineado, de alguna manera, con la misión única que hemos venido a cumplir en esta vida. No se trata solo de satisfacer necesidades temporales o superficiales, sino de manifestar en el plano material lo que nuestra alma ya sabe que es su verdad.
Cuando sintonizamos con este deseo profundo y auténtico, nos conectamos con nuestro propósito más elevado. No es un deseo egoísta o individualista, sino una expresión de la unidad que nos conecta con todo lo que existe. Este tipo de deseo no solo impulsa el crecimiento personal, sino que también contribuye al bienestar colectivo. Cuando cada ser humano se alinea con su propósito, el deseo de crecimiento y expansión se convierte en un deseo compartido, que nutre no solo a uno mismo, sino a toda la humanidad.
Comments